Martes 1 de abril


Dame tu paz, Señor
Cuando las autoridades nos obligan a quedarnos en casa, nos tenemos que acostumbrar a vivir dentro de nosotros mismos, a mirarnos dentro y buscar aquello que más nos engrandece como persona. Hoy queremos juntos trabajar la paz. Nuestra paz interior. Esa que abandonamos cuando estamos ocupados en mil cosas o cuando algo nos preocupa.

Dios comienza el día contigo. ¡Siéntelo!

“En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"


Salmo 121

Levanto mis ojos a las montañas: ¿de dónde me vendrá la ayuda? La ayuda me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Él no dejará que resbale tu pie: ¡tu guardián no duerme! No, no duerme ni dormita él guardián de Israel. El Señor es tu guardián, es la sombra protectora a tu derecha: de día, no te dañará el sol, ni la luna de noche. El Señor te protegerá de todo mal y cuidará tu vida. Él te protegerá en la partida y el regreso, ahora y para siempre.
 

No dejes que venza el miedo ni la apatía. Cuando algún pensamiento no te haga feliz, deséchalo. Sácalo fuera.

Recuerda que todos somos distintos y la convivencia es una prueba de fuego. Acepta y respeta las opiniones y sentimientos de los que tienes cerca. No pretendas controlarlo todo. Ocasionarás enfrentamientos y te frustraras!! Sólo ama y busca las cosas que te unen a los demás.

Venerable Mary Ward, ruega por nosotros. Amén

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 


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