Virgen de Fátima
Madre de la salud, ruega por nosotros
En esta mañana de 13 de mayo, aniversario de las apariciones de la Virgen María en Fátima, nos unimos en oración con María, la Madre de Jesús.
Estamos a aquí, cada uno con sus preocupaciones, su
experiencia de confinamiento, con sus miedos y con la esperanza de que termine pronto
esta situación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor, sabemos que donde dos o tres están reunidos en tu Nombre, estás en medio de ellos. Con esta fe nos abrimos a ti y te damos gracias por el día que empieza, te damos gracias por la presencia de tu Madre en la Iglesia, en nuestro Colegio.
En su primera aparición en Fátima, el Ángel se presenta como
una invitación a la adoración a Dios. De rodillas, inclinado hasta el suelo,
invita a los tres niños a la adoración que transforma la fe en esperanza y
amor: “Dios mío yo creo, adoro espero y te amo”. Con esta actitud reconocemos
que estás aquí en cada corazón y que nos escuchas, queremos dejarte ser Dios en
nuestra vida, en nuestra historia. Rezamos con las palabras del salmo 131.
Señor, mi corazón no es ambicioso, ni mis ojos altaneros, no
pretendo grandezas que superan mi capacidad sino que acallo y modero mis deseos
como un niño en brazos de su Madre. Espere Israel en el Señor ahora y por
siempre.
(Cada uno lee el Salmo de nuevo y en el lugar de “Israel”
dice su propio nombre y el de su familia)
Reflexión sobre el mensaje de Fátima
En los mensajes de Fátima la Virgen se comunicó con
nosotros. Tomamos algunas palabras clave y las convertimos en oración:
Corazón Inmaculado: La Señora presenta su Corazón Inmaculado
como «el refugio y el camino que […] conducirá hasta Dios.
- Madre te entrego hoy mis preocupaciones y mis miedos. Gracias por acogerme en tus brazos de Madre. Enséñame a mí a ser ACOGEDORA.
Misericordia: La epifanía que allí se da, brota de la mirada
compasiva de un Dios apenado con el drama de la historia de los hombres, con
sus sufrimientos y desencuentros, como sus trincheras y egoísmos.
- Madre hoy seguimos pidiendo la MISERICORDIA de Dios sobre esta humanidad nuestra, sobre nuestro país, sobre Madrid. Consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Sacrificio: en Fátima encontramos una llamada a la oración y
al sacrificio ofrecido a Dios por amor y por la conversión de los pecadores»
- Madre gracias por el SACRIFICIO de tantas personas en este tiempo. Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.
Rezo del Rosario: En todos los mensajes se pide rezar esta
oración. Nos educa en la humildad de la fe, al estilo de esa mujer única que,
con su fiat, hizo de su vida don.
- Madre enséñanos a REZAR con sencillez. Estos días no sabemos qué pensar, ni qué rezar, enséñanos a repetir con humildad que RUEGUES POR NOSOTROS. Te pedimos que ilumines las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas. Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.
Señor, terminamos con un canto de agradecimiento, por cómo
nos cuidas, y de apertura para acoger tu plan de salvación para cada uno.
Canto: Maravillas hizo en mí
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