Oración Lunes 15 de junio. ESO-BTO.

Corpus. Venimos con un pan bajo el brazo


¡Buenos días a todos! Empezamos la última semana del curso. Ya estamos a las puertas de nuestro verano. Ayer celebramos una fiesta muy importante en la Iglesia: el Corpus. No hemos podido tener procesiones pero sí podemos dar gracias a Jesús por entrar en nuestro corazón a través de la Eucaristía. Por eso, vamos a cerrar los ojos, a respirar hondo y a centrar nuestra atención en nuestro interior.

Conocéis ese refrán que dice: ¿Todos los niños vienen con un pan bajo del brazo? Comencemos pues nuestra oración:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.

EVANGELIO: Jn 6, 51-58
Jesús siempre utilizaba imágenes muy acertadas. Como aquel día que les dijo a los judíos: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre, el pan que yo reparto soy yo mismo, para alimentar a todos».
Algunos no entendían nada, y le miraban con los ojos abiertos como platos, como si Jesús estuviera hablando al pie de la letra. Y claro, no era eso. Jesús seguía intentando que entendieran: «No solo tenéis que comer mi sangre, también beber mi sangre, que es bebida verdadera». ¿Os imagináis? No se refería a hacerlo al pie de la letra.
Como se daba cuenta de que no lo entendían se lo intentaba explicar: «Yo soy un pan que ha venido del cielo, un alimento que ha mandado Dios. No es como el pan de harina, que al cabo de un rato vuelves a pasar hambre. Comer el pan que yo traigo es escuchar mi palabra, es vivir como yo, es amar como yo amo, que es la manera de Dios, y es acogerme en vuestro corazón».

REFLEXIÓN:
Vamos a pensar en algo que hemos aprendido con Jesús, Él nos enseña cosas que se tatúan en nuestro corazón. Nos enseña experiencias que nos llenan la vida de cosas importantes: amor, perdón compasión, alegría… y así sentiremos nuestra vida siempre llena.

¿De qué cosas buenas te gustaría llenar tu vida?

ORACIÓN FINAL:
Dame de tu pan, dame de beber, que ando sediento y hambriento de ti. Dame de tu pan, dame de beber, que sólo tu cuerpo y tu sangre avivan mi fe. Dame de tu pan, dame de beber, que yo aliviaré a mis hermanos con hambre y con sed.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. AMÉN.

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